
Como consecuencia de la crisis de la COVID-19, en un primer momento nos vimos obligados a tomar decisiones urgentes e inmediatas poniendo el foco en la minimización del impacto en nuestras empresas de la crisis sanitaria. Ahora es el momento tras la etapa de confinamiento y parálisis económica, de abordar la puesta en marcha de un plan de reactivación que permita al negocio adaptarse a la nueva normalidad y prepararlo para el futuro más inmediato que sin duda traerá importantes cambios.
En este escenario hablar de ventas, costes, márgenes y rentabilidad es esencial, pero la realidad inmediata y venidera a tener en cuenta es la liquidez, siendo además el punto crítico para aguantar la más que probable reducción de actividad, permitir la restructuración del negocio e incluso afrontar las nuevas inversiones necesarias para adaptarse a la nueva realidad que vendrá en la ya denominada era post COVID-19.
Históricamente nuestro tejido empresarial tiene una fuerte carencia en sistemas de gestión y control en el ámbito de la tesorería, basando principalmente sus métodos de trabajo en el software de gestión y/o contabilidad que tiene el negocio y en infinidad de Excel´s paralelas sin apenas conexión con su ecosistema de software, complicando mucho la gestión de los responsables de las finanzas de las empresas, más si cabe, si además incorporamos más requerimientos necesarios para este momento que vivimos, como el añadir varios escenarios o supuestos con los presupuestos de tesorería para cada uno de ellos, la realización de una conciliación contable, la necesidad de disponer de una visión total de los flujos de caja presentes y previstos, la optimización de la financiación necesaria, el control del negocio bancario y sus costes, el control sobre los riesgos derivados (liquidez, endeudamiento, tipos de interés y cambio, crédito comercial,…), etc.
Resulta evidente la ausencia de especialización en esta materia de la mayoría de sistemas de gestión que utilizan nuestras empresas -la inmensa mayoría pymes- y la insuficiencia de funcionalidad de los mismos, y por tanto las dificultades con la que se encuentran todos los días los gestores de la tesorería en las empresas de nuestro entorno.
Lo deseable sería gestionar el efectivo del negocio, desde una única herramienta centralizada, integrada y conjunta. La lista de deseos en este ámbito debería continuar con la incorporación automática de los flujos de tesorería a corto y medio plazo, para permitir captar la previsión de la cartera de cobros y pagos, la previsión de pedidos de venta y la planificación del aprovisionamiento, y combinarla con los cuadros de amortización de los préstamos, leasings, pólizas de crédito, etc.., además debería facilitar la visión de los saldos de caja que se van a tener en cada momento, informando de las desviaciones y posibles descubiertos. De este modo ante una previsión de falta de liquidez se dispondría de tiempo suficiente para negociar financiación o aplazamientos y hacer frente a los compromisos de pago sin perder imagen ante proveedores y bancos. La lista de deseos es ampliable, pero no estaría completa si no incorporamos la visión de la posición de financiación con una panorámica de los instrumentos y saldos disponibles en cada momento.
Disponer de este tipo de herramientas es recomendable para poder abordar la situación post COVID-19, y conseguirlas se puede lograr a través de múltiples formas, cada una de ellas con un grado de complejidad y coste diferente, que van desde la utilización de hojas de cálculo alimentadas automáticamente por distintas fuentes de datos, pasando por desarrollos en aplicativos de Business Intelligence (BI) conectados a la fuente de información, hasta la implantación de un ERP que disponga de un módulo específico de tesorería.
Todo esfuerzo en esta materia es muy importante para el futuro de las empresas: El uso de herramientas específicas, tecnología y asesoramiento experto puede ser una de las grandes inversiones para controlar uno de los elementos fundamentales que pueden asegurarnos el futuro en tiempos complejos, que es la liquidez.