13 de febrero 2015
La franquicia es una de las formas de comercio asociado más conocida y extendida, dada la notoriedad de algunas de las marcas que se acogen a este sistema de crecimiento.
En la actualidad, el sector representa cerca del 20% de la venta minorista, y más de la mitad de la restauración rápida en España. El sistema de franquicias proporciona una fórmula rápida y efectiva para poner en marcha una actividad comercial. Muchos negocios, amparados por una marca reconocida, una gama de productos o servicios demandados en el mercado y un know how específico, buscan en el sistema de franquicias una forma de expansión que minimiza la inversión necesaria y los riesgos asociados a su desarrollo.
Podemos definirla como un sistema de comercialización de productos, servicios o tecnologías basado en una colaboración estrecha y continua entre personas físicas o jurídicas financieramente distintas e independientes, denominadas franquiciador y franquiciado.
En esta relación comercial, el franquiciador otorga al franquiciado el derecho a explotar su idea de negocio conforme al concepto y criterio del franquiciador. Este derecho faculta al franquiciado a la utilización del nombre comercial, marca de los productos o servicios, know how y demás derechos de propiedad intelectual que posea el franquiciador a cambio de una contraprestación económica, pactada dentro del marco legal de un contrato escrito y firmado por ambas partes.
El origen de la franquicia podemos situarlo en EE. UU. Después de la I Guerra Mundial, donde las compañías automovilísticas utilizaron este sistema para eludir la ley que prohibía a los fabricantes tener su propia red de vendedores. En España comenzó tímidamente en la década de los sesenta con la implantación de cadenas como Spar o Pronovias, pero su pleno desarrollo se produjo a partir de los años ochenta de la mano de MacDonalds, Burger King, Telepizza, etc.
¿Cuándo interesa franquiciar un negocio?
Siguiendo el criterio de la AEF, una compañía se encuentra en condiciones de establecer un sistema de franquicia cuando cuenta con un concepto de éxito probado a través de centros pilotos, un know how diferenciado y transmisible, la propiedad o la autorización de uso de las marcas y distintivos propios, y la capacidad de proporcionar formación, asistencia técnica y servicios de marketing a sus franquiciadores.
En resumen, la clave es la capacidad de la compañía de aportar valor a medio y largo plazo al franquiciado, proporcionándole una marca, un sistema de trabajo y unos conocimientos sin los que sus probabilidades de éxito serían muy escasas
En GALAN CONSULTORES estamos trabajando en el desarrollo de sistemas de franquicia para determinados clientes, tras un análisis profundo de su viabilidad y de las ventajas que ofrecen a sus futuros franquiciados.
Ángel Cebrián Gómez
DPTO. CORPORATE
GALAN CONSULTORES