18 de noviembre de 2014
A pesar de ser un mercado pequeño, tener un nivel de vida y poder adquisitivo reducido, ser un mercado rígido y dirigido, donde la demanda es estatal en su práctica totalidad y por tanto las importaciones son canalizadas casi exclusivamente por las empresas estatales, Cuba es un mercado importante para España, situándose en 2013 en el 6ª cliente de España en Iberoamérica por detrás de Brasil, México, Argentina, Chile y Venezuela. Esta posición en el ranking puede sorprender, por tratarse de un mercado con un alto componente de riesgo en materia de pagos y disponibilidad de divisas, y por supuesto por encontrarse el país en una fase de incertidumbre política sobre su futuro inmediato que afecta sobremanera al riesgo-país.
Cuba se encuentra en estos momentos en un periodo de transformaciones, disponiendo de un ambiente mas propicio para la inversión extranjera al calor de las nuevas oportunidades que ofrecen las reformas emprendidas en la isla, singularmente por la nueva Ley de Inversión Extranjera aprobada en junio de este año, la instalación de la zona especial de desarrollo del Mariel, así como por las aproximaciones con la Unión Europea, México, Mercosur, etc. en materia de relaciones comerciales y económicas.
El propio Ministerio cubano de Inversión Extranjera ha cifrado la cartera de oportunidades en más de 8.000 millones de dólares, con más de 250 proyectos en sectores como el agroalimentario, construcción, industria farmacéutica, biotecnología, renovables, etc., todo ello encaminado a crear tejido productivo, cambiar patrones tecnológicos y sustituir el actual esquema de importaciones.
Es precisamente este enfoque de sustitución de importaciones el que en estos momentos supone una oportunidad para nuestras pymes, como así nos lo confirma nuestro corresponsal en Cuba, “está cambiando el modelo de comercio exterior cubano, siendo cada vez más complicado exportar productos a la isla, y siendo relativamente accesible la implantación productiva de empresas mixtas bajo fórmulas y formatos muy asequibles para pymes españolas”.
Estas fórmulas y formatos se traducen en proyectos de implantación de tipo “ligero” que plantean realizar solo las fases más sencillas del proceso productivo en Cuba (montaje, envasado, etc.), utilizando tecnología y maquinaria que se encuentra en estos momentos infrautilizada, bien por caída de la demanda o por obsolescencia tecnológica, pero que resulta plenamente operativa en la isla. La escasez generalizada de oferta interna, la mayor solvencia en cuanto a disponibilidad oficial de divisas, el soporte financiero por parte de organismos y bancos españoles, junto a la posibilidad de realizar una inversión escalable y de importe reducido, hace muy recomendable para las pymes con proyectos, estudiar las posibilidades del mismo en el mercado cubano.
Jordi Pardines
Dpto INTERNACIONAL GALAN CONSULTORES