Algunos empresarios a la hora de planificar la sucesión piensan en el relevo o la profesionalización. El planteamiento debería ser distinto, deberíamos pensar en el relevo y la profesionalización.
Hasta antes del siglo XX existía la creencia equivocada de que la empresa familiar era una herencia que tenía una economía intensiva en trabajo, de comunicaciones escasas y atrasadas y mercados cerrados. Las empresas familiares estaban poco o nada profesionalizadas. Hoy todavía en algunos sectores persiste la idea de que son empresas basadas en estructuras informales que únicamente sirven para dar salida laboral a los familiares. Sin embargo estas consideraciones ya han sido superadas y hoy en día muchas de las empresas familiares tienen los mismos procesos de gestión que las empresas no familiares.
Pero el estigma prevalece y los miembros familiares que ocupan los puestos de alta dirección, se han de empeñar doblemente en demostrar que están allí por mérito propio. Es muy importante que desde la propiedad se tenga en cuenta este factor porque del mismo modo que puede ser un elemento motivador, también puede convertirse en una fuente de frustración, sobre todo para los miembros de la siguiente generación.Es esos momentos es donde el relevo y la profesionalización se complementan.
Una empresa familiar está profesionalizada cuando la familia propietaria aplica criterios profesionales en la selección del personal. No tiene que haber distinción entre un miembro familiar o un externo. La empresa familiar ha de contratar la persona más adecuada y capaz para ocupar el puesto. Y toda la organización ha de conocer y compartir estos criterios.
Tenemos que centrarnos en las necesidades, características y criterios que requiere cada puesto, si la empresa decide ocuparlo con un familiar únicamente porque está desempleado y sin tener en cuenta su perfil profesional ni sus habilidades tendremos problemas entre los familiares y también con los externos, afectando a toda la estructura empresarial.
Una familia empresaria donde imperan criterios objetivos y los principios del buen gobierno, entenderá que relevo y profesionalización, son términos diferentes pero que se pueden y deben compatibilizar.
El relevo generacional es un proceso que pone de manifiesto la voluntad de la familia de continuar con el proyecto y el legado de la empresa familiar. La profesionalización es un proceso que pone de manifiesto la capacidad de la empresa de estructurar la gestión y la toma de decisiones, según una serie de criterios que buscan la rentabilidad y el control de la gestión.
El relevo generacional y la profesionalización son términos complementarios cuya implementación adecuada ha de guiar la empresa familiar hacia mejores resultados y lograr uno de los principales objetivos que es la continuidad a través del tiempo.