La preparación del proceso de sucesión en la Empresa Familiar

El proceso de sucesión generacional es uno de los más delicados e importantes a los que se enfrenta una empresa familiar de éxito, puesto que determina las garantías de futuro de la misma y cuestiona con el paso del tiempo, las estructuras que sirvieron en el pasado, con la realidad del presente más los retos del futuro. La gestión de todo ello, sin contar con asesoramiento experto, objetivo e imparcial, puede ser muy complejo y tener serias dificultades para conseguir sus objetivos, ya que se tienen que conjugar los aspectos patrimoniales, los de índole legal, los correspondientes al gobierno del negocio y la determinación de las relaciones interfamiliares entre otros.

Nos gusta hablar del proceso de sucesión porque entendemos que éste no es un acto puntual, único o rotundo. Sino todo un viaje en el tiempo, donde diferentes roles de diferentes personas, miembros de la unidad familiar, se van desarrollando en paralelo hasta encontrar el momento temporal donde se realiza el traspaso de responsabilidades y  funciones.

Es precisamente este proceso el que se necesita para ir superando las tres ‘resistencias’ más comunes que suelen lastrarlo. En general, suele producirse una primera resistencia del fundador a dejar paso a las nuevas generaciones; esta resistencia se suma a las tensiones entre la primera y la siguiente generación en cuando a análisis de la realidad que les rodea, los criterios, métodos y modelos de negocio válidos; y se añade a una tercera también común, que tiene que ver con las tensiones entre los propios miembros de esa nueva generación de reemplazo. Nada que no se pueda solventar siempre que el proceso se inicie cuando las relaciones intrafamiliares se encuentran en una situación de normalidad entre sí, que permita avanzar en la elaboración de un Plan de Sucesión y plasmarlo  en un Protocolo Familiar que haya ido ordenando las relaciones entre la familia y sus miembros con la empresa familiar.

De esta manera, logramos que el procesode sucesión se vaya desarrollando de manera natural, no forzada, con la confluencia y el convencimiento de todas las partes y el compromiso con un resultado final aceptado como parte de un paso en positivo para todos, y especialmente para el futuro de la empresa. Al mismo tiempo, se puede ir iniciando – o acelerando si es el caso – el proceso de profesionalización de la gestión en colaboración y coordinación con el fundador de la empresa, bien contando con miembros de la propia unidad familiar o con profesionales externos, en función de la realidad y necesidades de cada caso.

La preparación del proceso de sucesión, debe ir desligando del fundador determinadas funciones y responsabilidades, puesto que en la mayoría de los  casos la empresa familiar depende en extremo de su fundador, con un modelo de gestión muy personalista. En todo el proceso de sucesión,  es básica su participación y compromiso, puesto que debe entender que es parte fundamental de la transición natural, y que ésta debe ir de su mano, entendiendo de que el futuro ya depende de otros. En la sucesión, el fundador es parte esencial  y debe ser el verdadero facilitador de la misma.

Así mismo es importante para el éxito del proceso,  previamente haber iniciado entre los miembros de la familia que se harán cargo de la empresa su formación y su preparación a lo largo del tiempo. Esto requiere un proceso de transición, donde los miembros de la familia ya formados deben ir asumiendo responsabilidades en función de sus capacitaciones, cubriendo los roles que mejor se adaptan a ellos y a su personalidad, y contando con profesionales en aquellos aspectos de la empresa que se entiendan que no puedan cubrir con garantías.

Todos estos pasos son más eficientes cuando se desarrollan desde un punto de vista profesional, con asesoramiento imparcial y técnico. Un profesional externo en este proceso permite mirar desde la objetividad los deseos, aspiraciones y temores de la generación que viene a asumir la realidad de la empresa y el desarrollo del proyecto empresarial a futuro. Ese proceso de indagación e investigación es fundamental para lograr un proceso natural donde las expectativas y las exigencias de unos y otros se vean colmadas, sin verse lastradas por otras consideraciones emocionales o de lealtad familiar.

La sucesión en la empresa familiar debe mirar necesariamente  por el futuro del negocio, su gestión más optima y la profesionalización de la firma, todo ello sin olvidar otro elemento esencial, y es que cada miembro  de la familia debe sentirse cómodo, y estar convencido del papel que debe desempeñar y ser feliz del cargo o puesto que desarrolla.

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