8 de septiembre 2014
El término “reempresa” hace referencia a un modelo de emprendeduría que fomenta la continuidad de negocios que son económicamente viables, a través del relevo en la propiedad y dirección, y que tiene considerables ventajas para el emprendedor al no tener que partir de cero en la actividad. En general se circunscriben al ámbito profesional, de autónomos o pymes mediante operaciones de traspaso de negocio.
Además de las ventajas para los intervinientes, resultan indudables las virtudes que para la sociedad tiene que negocios en funcionamiento continúen su actividad, y eviten desaparecer al no encontrar un relevo (en caso de jubilación del empresario) o nuevo empuje (ante falta de medios, obsolescencia, dificultades empresariales, etc.), por no encontrar una fórmula que permita su continuidad económica. A su vez, permite que emprendedores accedan a una inversión que de otra forma no lo harían, de ahí que debería ser una prioridad social el fomento de estas operaciones “reempresa” como así sucede en otros países como Francia o Alemania, en donde este mercado entre cedentes y emprendedores se encuentra en gran medida organizado, permitiendo un mejor acceso y seguridad a sus operadores, y siendo por tanto más eficaz al interés general.
A nadie escapa que estas operaciones también disponen de serios inconvenientes y complejidad, siendo el principal motivo de rechazo, por lo que resulta importante para el buen fin de la operación, tener en cuenta aspectos como:
• Modalidades o alternativas de transmisión del negocio, sus formalidades e implicaciones a nivel de riesgo, responsabilidad y obligaciones entre las partes.
• Continuidad o subrogación de los contratos clave en curso, cesión de créditos y de deudas, etc.
• Determinación del precio y métodos de valoración.
• Due Diligence o auditoria para identificar y evaluar los riesgos (fiscales, financieros, laborales, comerciales, etc.), vicios o defectos.
• Aspectos fiscales y tributarios y responsabilidad solidaria por las deudas tributarias pendientes.
• Aspectos laborales, responsabilidad solidaria y de subrogación.
• Otros; como los relativos a la propiedad industrial e intelectual, los inmobiliarios, de confidencialidad y no concurrencia, etc.
En España se han realizado importantes esfuerzos por parte de los agentes económicos y sociales para organizar un mercado de transmisiones de empresas, destacando en especial el trabajo realizado en Cataluña y Murcia, y cuyo objetivo está orientado a generar un marco más eficaz y adecuado para cedentes y emprendedores que permita evitar el cierre en los próximos 10 años de 610.000 empresas en España por no tener continuidad, como así estima la patronal catalana CECOT.
Jordi Pardines
Dpto. Internacional GALAN CONSULTORES